Sus más recientes dardos cayeron sobre la nueva generación de las pasarelas, durante el festival literario de Cheltenham, en Inglaterra. "Hurañas, vagas y maleducadas", definió Selfe a las tops actuales. "Todas tienen cara de pocos amigos. ¿Por qué están tan deprimidas? No es necesario que una modelo sonría constantemente pero ha de resultar agradable", disparó. Además, cree que sus colegas no saben caminar y que están demasiado delgadas. "La ropa le queda mejor a una persona esbelta, pero no hay por qué ser tan flaca", dijo al diario británico The Daily Mail. "Hay que mantener una buena postura, una buena figura y una actitud positiva. No me gustan esas chicas con un hueco entre los muslos", aseguró refiriéndose al thigh gap —por su nombre en inglés— un indicio de extrema delgadez que hace tiempo viene causando polémica en las redes sociales.

Nadie duda que Daphne habla desde la experiencia. Irrumpió en el mundo de la moda con 21 años y, según el libro Guiness de los récords, es la modelo activa más longeva, cosechando experiencia intermitentemente durante seis décadas. Posó para varios de los mejores fotógrafos del globo, como Mario Testino o David Bailey, y protagonizó campañas para Dolce & Gabbana, Gap, Nivea y Olay. Recientemente, incluso, fue la elegida por la marca de lentes OPSM, en un apuesta explícita de imponer una pizca de estilo a las generaciones maduras. En ese sentido, su vigencia y popularidad viene influyendo para que firmas como Lanvin, Vivienne Westwood o American Apparel contraten a modelos más "maduras".

Sin embargo, le llevó años y tropezones cimentar esta carrera. Golpeó más de una puerta, soportó castings eternos y aceptó trabajos que estaban bastante lejos de su ideal. "Asegúrense de estar presentables y ser disciplinadas, siempre en hora y dispuestas a ayudar a los fotógrafos", aconseja a las nuevas generaciones. "La palabra correcta es hacer un trabajo ético. Hoy las personas no son criadas como lo éramos nosotros. La crianza era estricta por aquellos días, nos enseñaban a tener modales", recuerda. Más de una vez ha dicho que el "paisaje de la moda" ya no es el mismo que cuando ella empezó, a los 21.

Joven y madura.

Daphne nació en Londres en 1928 y su carrera empezó a principios de los años 50, tras ser descubierta en un concurso de belleza local. "En tiempos de postguerra y racionamiento, lucía una figura curvilínea y un aspecto de dama elegante que se pasó de moda con el canon longilíneo y juvenil de los sesenta", escribió sobre ella El País de Madrid. En 1954 se casó con el productor de televisión Jim Smith y su vocación quedó relegada a un segundo plano, aceptando papeles menores en cine y televisión, mientras criaba a sus tres hijos, Mark, Claire y Rose. Se retiró de todo (casi) definitivamente para cuidar a su marido, que sufrió más de un infarto hasta que, en 1997, murió. A los 70, viuda y con sus hijos ya adultos, volvió a ponerse frente a una cámara. Fueron los diseñadores de la marca Red or Dead quienes la redescubrieron. Y se consagró, nuevamente, al aparecer en Vogue.

Hija de un maestro de escuela y de una pianista y cantante, Daphne suele decir que heredó de sus padres la forma de conducirse en la vida. "Nací de esta manera. Ellos me dieron buenos genes y salud", señala sobre su inquebrantable dedicación al trabajo. "Soy de dormir bien, pero además presto atención a lo que como y hago ejercicio. Y también saco provecho de todo: soy curiosa, positiva y tengo un estilo de vida saludable", ha dicho. ¿El deporte? Dice que tuvo "la suerte" de hacer mucho deporte cuando era joven, como bailarina y amazonas. "Todo ese tipo de cosas, creo, ayudan cuando te vuelves vieja", admite. Daphne nunca saltea el desayuno, hace tres comidas al día y consume muchos alimentos crudos.

El peso, sobre todo el valor que el mundo moderno le da a la (extrema) delgadez, sinónimo de belleza, es una de sus mayores preocupaciones. De hecho, ser delgada nunca fue una de sus fortalezas. De niña soñaba con dedicarse a los caballos y trabajó en una academia de equitación muchos años. "Estaba loca por los caballos y por hacer tanta cabalgata desarrollé unos muslos fuertes, caderas grandes y una espalda ancha", recuerda hoy, con el humor que la define. "Era una chica robusta, no la típica modelo de pasarela". Aún hoy, cuando The Independent le preguntó que cambiaría de su apariencia, Daphne respondió: "Me gustaría tener piernas más largas, nunca me sentí feliz usando minifalda".

Sin embargo, nunca pensó siquiera en la chance de pasar por un quirófano. Las cirugías, para ella, están prohibidas. "Siempre creí que mi cara contaba la historia de mi vida. ¿Por qué querría cambiarla? Y llegué a la misma conclusión sobre mi cabello cuando cumplí 60". Hoy, su melena blanca ha visto todos los largos y peinados. "Daphne es un ejemplo viviente de que ser cool no tiene fecha de vencimiento", dijo sobre la modelo Katy Bravery, editora de la revista Saga.

Daphne no podría estar más de acuerdo. No quiere ni oír de jubilación y ya tiene planes para vivir hasta los 100 años: seguir comiendo fresco, practicando yoga, saliendo con sus amigos y cuidando el jardín. Y sobre todo, manteniendo la curiosidad por la vida: "Quiero ver sitios, conocer a gente y viajar. Lo estoy pasando en grande".

ESAS FRASES QUE SE HACEN SENTIR.

Carrera.

"Recién después de mi primer show, al que llegué a último momento con el único traje de fiesta que quedaba en la tienda, pensé: Ahhh, vestirse linda para ganarse la vida, me gusta cómo se ve eso".

Crianza.

"Nos enseñaban modales, cómo tratar a los demás durante los trabajos y bajarnos de un coche sin enseñar la ropa interior".

Delgadez.

"La ropa le queda mejor a una persona esbelta, pero no hay por qué ser tan flaca. Hay que mantener buena postura, buena figura y una actitud positiva. No me gustan esas chicas con un hueco entre los muslos".

Imagen.

"Cuando me miro en el espejo veo una anciana arrugada. ¡No está bien! Pero es increíble lo que un poco de maquillaje puede hacer. Y cuando estás feliz, tu rostro vuelve a la vida".

Cirugía.

"Siempre creí que mi rostro cuenta la historia de mi vida. ¿Por qué querría cambiarla?

Futuro.

"Desde que la gente vive cien años tengo grandes esperanzas. Voy a seguir haciendo ejercicio, comiendo sano y trabajando hasta que pueda".

Diccionario.

"Mis seis palabras son: perseverancia, felicidad, curiosidad, suerte, excitación y gratitud.