A principios del siglo XX, el cuerpo femenino estaba muy comprimido por el corsé y debí a adaptarse a la silueta artificial en forma de “S”, que realzaba el busto y las caderas y estrechaba al máximo la cintura.
El inicio en el cambio se debe al modisto Paul Poiret, quien eliminó el corsé a partir de 1906, recogiendo las primeras teorías de liberación de la mujer y las nuevas influencias de los estudios sobre higiene y salud.
Poiret presentó el vestido sin corsé y cintura alta en 1906, cuando la silueta en forma de “S” todavía era popular. Con ello empezaba a insinuarse el cambio de las ostentosas formas artificiales del siglo XIX a un estilo revolucionario que destacaba la belleza natural del cuerpo. El resultado fue una gran transformación de la moda. Aunque el corsé no desapareció de la noche a la mañana, se puede afirmar que durante los años de la Primera Guerra Mundial el nuevo estilo de Poiret lo sustituyó por completo.