“La bandera nunca es una tela muda, siempre dice algo, siempre despierta una emoción, porque habla con mensajes universales, como los que refleja la ropa que llevamos. Porque la ropa también es un símbolo móvil de identidad, de pertenencia, de pensamiento y de sentimiento”, afirman los organizadores del evento.

La primera edición de Pitti Uomo se realizó en febrero de 1972 en el hotel Villa Medici, en Florencia, con 43 marcas y 526 compradores. Su nombre fue tomado de la Sala Bianca del Palazzo Pitti, en Florencia, lugar que albergó los primeros desfiles de grandes casas de moda italianas.

Una de las grandes particularidades de Pitti es que, a diferencia de las semanas de la moda masculina en otras ciudades, está desligado de la moda como un espectáculo y permite ampliar el mercado con nuevas miradas, talentos en crecimiento y tendencias emergentes, por lo que es el sitio ideal para editores, 'coolhunters' y empresarios de moda, quienes llevan las tendencias a las revistas de moda y colecciones de 'fast fashion'.

Y para lograrlo, en esta edición Pitti Uomo se organizó en torno a 13 áreas distintas, las cuales se especializan en temáticas como el futuro de la moda, productos de estilo de vida y belleza, moda ‘ultracontemporánea’, propuestas de prendas versátiles para el día a día del hombre, el streetwear ‘inconvencional’, prendas deportivas, el panorama urbano y la relación actual entre la moda y la cultura de los jóvenes. En otros espacios también se reflexionó alrededor de la propuesta vanguardista y tecnológica de China y Japón.

Florencia se llena de 'looks' atrevidos, clásicos o deportivos, en los que cada editor, comprador, bloguero o periodista comparte su personalidad con el mundo. Entre las tendencias más vistas están el gorro pesquero y los colores ocre.

Aunque Pitti usualmente se ha diferenciado con su 'street style' de Londres, Milán y París, en parte debido a la ausencia de celebridades internacionales y la presencia de verdaderos seguidores y ‘obsesionados’ con la moda masculina, es muy notable la fuerza que toma el 'streetwear' entre los asistentes, quienes han optado este año por mezclar sastrería con 'hoodies' deportivos.