De una historia tan de actualidad, tan milennial, qué iba a surgir sino una firma milennial, con un nicho de mercado muy claro. Una generación con la que conectar y vaya si han conectado. ¿La clave de su éxito? La magia de las redes sociales. Gracias a una gestión inteligente del mundo digital tenían 4.000 seguidores en Instagram y 349 zapatillas para vender. La demanda superaba con creces la oferta, unas zapatillas de 50€ que se agotaron en tan solo dos días.

Y el éxito continúa. Esos únicos 349 pares que la inversión inicial permitió fabricar son ya 15.000 zapatillas en los pies de los milennials españoles e, incluso de los de otros países, pues el avioncito de papel, símbolo de la marca, vuela lejos. La expansión internacional es el próximo proyecto de estos cuatro jóvenes emprendedores que no superan los 24 años. Milennials absolutos, como el resto de los 17 trabajadores de la empresa. Jóvenes inquietos que piensan como sus cientes y les comprenden, conectando con ellos y su identidad.

"Cuando no tienes recursos piensas mucho más y tienes mejores ideas" cuenta orgulloso Jaime Garrastazu. Y así es como surgió el número bordado en el exterior del zapato, que lo personaliza y le da una exclusividad propia de producto de lujo a una zapatilla de 50€. La rapidez de su proceso de producción les permite captar las tendencias que ven en la calle y en las redes sociales, su gran inspiración y que estén a la venta en menos de un mes. Eso sí siempre adaptando las tendencias a la personalidad del producto sin perder la esencia.

En un mundo lleno de sneakers, las Pompas, como ellos se refieren a sus zapatillas tienen personalidad. Los colores vivos y la suela de un color diferenciado te hacen saber que son Pompeii, sin necesidad de logos ostentosos. Lo que más cuidan es precisamente la identidad de la marca, la esencia, que conecta con la personalidad de los compradores. Porque al fin y al cabo una suela de colores se puede copiar (como ya han hecho) pero una marca no.

El punto fuerte de la marca es el engagement con los clientes, que participan a través de las redes sociales en las decisiones empresariales con diferentes iniciativas, como elegir a través de Instagram los nuevos colores de la colección (así también minimizan riesgos de stock) o incluso iniciativas solidarias como elegir entre todos los seguidores de su página de Facebook a qué ONG donar los pares con taras de fábrica.

Pero no solo de 'Pompas' viven estos jóvenes, sino que ahora van más allá y lanzan su primera colección de ropa, fabricada en Portugal y con unos precios entre 15 y 30€, que estará disponible en dos semanas.