Por primera vez no se usa hilo, ni tampoco máquina de coser. Rabanne realizó el vestido uniendo las piezas de metal con alicates y un soplete. Y es que hablamos de un renovador, una de las agujas que más experimentaron con los materiales, desde el metal a la fibra de vidrio, el punto de aluminio o el papel.

La revista Time no dudó en calificar el vestido como impactante, y Rabanne (Paco Rabaneda Cuervo) se convirtió en un gurú de la moda y un defensor de la igualdad pues ese año hizo además historia al contar por primera vez con modelos negras para su desfile.

Sus vestidos hoy mantienen ese toque genial y poseen la virtud de la eterna juventud.

Pero sigamos en 1966. La minifalda es la prenda estrella y todavía hoy se duda sobre quién es su creador o creadora. Unos creen que fue Courrèges y otros le atribuyen el mérito a Mary Quant.  André Courrèges quitó hierro al asunto y, con elegancia, sentenció: “La minifalda la inventó la calle”.

Aun así, Mary Quant recibe la medalla de la Sociedad de artistas y diseñadores industriales, y ese mismo año  lanza su línea de cosméticos.

Courrèges no estaba dispuesto a perder popularidad y en 1966 acortó un poco más la minifalda. Y si hubo alguien que la lució y la convirtió en objeto de deseo fue la modelo Lesley Hornby, conocida mundialmente como Twiggy. Su fama e influencia, como icono de estilo, traspasó los límites de la moda y el Daily Express llegó a coronarla como “El rostro del 66”. 

Un año, como decimos, revolucionario. Un año de hitos. En Vicenza, Italia, se funda Bottega Veneta, la etiqueta que aúna elegancia, artesanía y lujo. La casa Chloé, fundada en 1952 por Gaby Aghion, contrata al alemán Karl Lagerfeld como director creativo y se convierte en una de las firmas estrella de la temporada. 

La casa Missoni debutó con gran éxito en la pasarela de Milán con una colección mítica marcada por las prendas realizadas en punto que rompían con lo hecho anteriormente. Fue en junio de 1966 en el Teatro Gerolamo. Los vestidos de aquel desfile han sido reinterpretados en las décadas posteriores y siempre con gran éxito.

Aplaudidos fueron los vestidos de Roberto Capucchi realizados con una vistosa estética Op-arty no menos llamativos fueron los sombreros de fieltro, de look espacial, de Pierre Cardin. Piezas para el recuerdo, piezas de museo por si importancia e influencia.

Son años de experimentación y cambios, de rupturas. Los pantalones vaqueros y la camiseta son los reyes del armario entre los jóvenes y se convierten en símbolos, junto a la minifalda, de una década que crea una grieta enorme entre la moda de la juventud y la de los adultos. 

También son años perfumados por el aroma de la libertad. Yves Saint Laurent es el primer diseñador de costura que lanza una línea completa de prêt-à-porter y lo hace con la etiqueta Saint Laurent Rive Gauche, prescindiendo de su nombre, Yves.

Ese año abre su nueva boutique, otra de sus revoluciones, para acercar la moda a la calle, alejándola de los salones de costura. El espacio escogido era una antigua panadería y su musa, y amiga, Catherine Deneuve fue la madrina.

“Tenía ganas de tener una tienda acogedora, contemporánea, que invite a la gente a entrar y tocar la ropa”, dijo el modisto que ese mismo año había lanzado Le Smoking, la primera línea de esmoquin para mujer .

Del esmoquin masculino a la desnudez casi total. En 1966 llega a las pantallas “Hace un millón de años, de Don Chaffey, película protagonizada por una bellísima Raquel Welch. Para promocionar la cinta, rodada en parte en Lanzarote, se lanzaban frases como “Raquel Welch con el primer bikini de la humanidad”.

Pero si hablamos de libertad hay que hablar de Smilja Mihailovitch, vinculada a la realeza yugoslava, que en 1966 desembarca en una Ibiza marcada por el movimiento hippie. 

Smilja queda fascinada por la filosofía de vida de la isla y, especialmente, por las prendas ligeras de color blanco que se inspiran en la lencería tradicional de las payesas. Es entonces cuando nace la moda Adlib, remarcada con el lema “viste como quieras pero con estilo”. Hoy, muchos años después, la moda ibicenca sigue fiel a su esencia

Al otro lado del charco, en la península, la prensa los fotógrafos hacían el agosto en abril y es quelos Kennedy visitaban Sevilla y la Duquesa de Alba fue la anfitriona del matrimonio.

Fue todo un acontecimiento social y de moda, pues hablamos de Jackie Kennedy (después Jackie O.) una mujer que tuvo una vida de “dimensiones estratosféricas”.

Y, al otro lado del otro charco, en los Estados Unidos de América, Cher lanza su tercer disco de estudio, llamado sencillamente Cher, pero no tuvo el mismo éxito que las fotos que le hizo el gran Richard Avedon para Vogue USA.

Unas fotos que han sido referencia y fuente de inspiración para otros fotógrafos, estilistas y diseñadores. Fotos históricas, tanto como la película Blow Up, de Michelangelo Antonioni, considerada una joya del cine de moda.

RTVE