ZoomNews visitó esta semana el centro neurálgico donde están los departamentos de diseño de Zara y Zara Home, centros logísticos y fábricas. En la sede principal, recientemente ampliada, es donde se diseñan las prendas del mascarón de proa del grupo (que cuenta con otras cadenas como Pull&Bear, Bershka, Oysho o Stradivarius), que se distribuirán por todo el mundo. Es una de las características que hacen única a la empresa fundada por Amancio Ortega. Si la mayoría de multinacionales cuenta con filiales alrededor del mundo o diferentes sedes, Inditex se caracteriza por su centralización.

El proceso comienza, cómo no, en el diseño. Tanto Zara Man como Zara Kids cuentan con un espacio de 13.000 metros cuadrados donde se desarrolla todo el proceso de diseño y elaboración de cada colección y donde también se encuentra el equipo comercial, dividido por mercados. Para la moda de mujer, el espacio es casi el doble, 24.000 metros caudrados. De ahí se pasa al patronaje donde aproximadamente la mitad de los diseños se desechan una vez que se materializan.

Hay un feedback constante entre la sede central de Arteixo y todas las tiendas Zara del mundo. Estas mandan información constante de las prendas que venden y de las que no tienen tanto éxito entre los clientes. Basándose en eso, desde Arteixo se mandan dos veces por semana las prendas necesarias que, en un plazo máximo de 48 horas, deben estar en la tienda, ya sea en Madrid, Los Ángeles o Tokio.

El proceso es el siguiente: en las fábricas de la empresa se realiza el corte y  confección de las prendas pero el hilvanado que lo realizan proveedores externos (el 55% son de proximidad) que vuelven a mandar el producto a las fábricas de Inditex para que realicen el acabado final y el control de calidad. Desde el centro de logística (que está conectado físicamente tanto con las fábricas como con el centro de diseño) se distribuyen a todo el mundo de manera simultánea en un máximo, como ya hemos dicho, de 48 horas.

Infraestructuras y sostenibilidad

La innovación es un valor inherente al Modelo Inditex. La empresa cuenta con un centro de procesamiento de datos único en el mundo, ya que cuenta con la máxima certificación en infrasestrucutras (el TIER IV) y la máxima certificación en edificación ecoeficiente (Leed Platino), siendo el único centro del mundo que cuenta con ambas calificaciones.

En este enclave futurista, un numeroso grupo de personas se encarga de solventar cualquier problema informático que pueda suceder en cualquiera de las más de 6.000 tiendas que tiene repartidas la empresa por los cinco continentes. 24 horas al día, 365 días al año, porque siempre hay alguna tienda abierta. Y es que en el imperio Zara nunca se pone el sol.

Además, en este centro de procesamiento se encuentran los 4.000 servidores que contienen y transfieren toda la información que genera el grupo en el mundo. Solo una decena de personas pueden acceder a ellos, mediante reconocimiento facial y de huella dactilar.

En la ampliación que se realizó en la sede, e inaugurada el pasado octubre, también se construyó un bulevar a cuyos lados hay tiendas piloto que se utilizan “como laboratorio”, según explican. Ahí se exponen las prendas colocadas estratégicamente para que el resto de tiendas sigan ese modelo. Lo mismo sucede con los escaparates, que tienen un espacio exclusivo en esta particular calle comercial, y van cambiando continuamente según la época del año.

El grupo también cuenta con sus propios estudios donde realizan sesiones de fotos con los modelos para la página web de Zara.

El Modelo Iniditex, tremendamente exitoso sin necesidad de contratar p ublicidad, se basa en producciones cortas para que las prendas vayan renovándose en tienda constantemente (se siguen las tendencias a través de colecciones, pero los modelos de las prendas siempre están cambiando), una relación calidad-precio muy difícil de igualar (no se fija el precio en función de lo que cueste la prenda, sino que primero piensan en el precio que quieren poner y, a partir de ahí, elaboran dicha prenda con la máxima calidad posible en relación al precio final que encontrará el cliente) y un sistema productivo con una perfecta coordinación que consigue que la misma camiseta pueda comprarse al mismo tiempo en Sidney, Bangkok o A Coruña. Desde Arteixo al resto del planeta.