Antes de cumplir los 20 años ya había diseñado para Balenciaga y para Courrèges. Después de seis años tras esta enriquecedora experiencia, tiempo en el que aprendió de la perfección del modisto vasco, Ungaro decidió, en 1965, abrir su propia casa de costura, con la que pronto se impuso en la escena internacional gracias a su sentido del color y a la sensualidad de sus creaciones.

En su primer desfile sorprendió al no presentar un solo vestido de fiesta, y al declarar: “No son mi estilo. Soy un hombre de esta era y diseñaré para mujeres de esta era”. 

Sin embargo, sus siguientes colecciones sí incluyeron vestidos de noche, que son, además, unos de los favoritos de las celebrities en la alfombra roja.

Pasó a la historia por su exquisito uso de los patrones y por la extremadamente elegante caída de sus prendas en piezas que enfatizaban las formas femeninas sin renunciar al confort.

Muy pronto empezó a vestir a personalidades y actrices de renombre, como Jacqueline Kennedy o Catherine Deneuve, dos de sus embajadoras más internacionales. 

Años después sacaría al mercado creaciones para hombre y se atrevería con sus primeros accesorios y diferentes fragancias. Uno de los primeros perfumes fue Ungaro y su lanzamiento al mercado se convirtió en todo un éxito principalmente por la polémica campaña publicitaria que daba a conocer el perfume. Los críticos la consideraron como una “bestialidad” debido a la imagen que protagonizaba una modelo con unos perros.

Sin embargo, la imagen de la firma se deterioró considerablemente en el año 2009, cuando se anunció, ante el disgusto y el desconcierto de la prensa, el fichaje de Lindsay Lohan como asesora de moda. La industria lo interpretó como una muestra más de que la casa Ungaro estaba perdiendo su esencia, y se había vendido al business para intentar tomar un nuevo (y necesario) impulso.

Ungaro fue adquirida en la década de los 90 por el Grupo Ferragamo (en 1996) y, a continuación, la empresa Global Asset tuvo que realizar una fuerte inversión de capital en 2003, así como un cambio en los diferentes directores creativos que estaban pasando por la empresa. Primero fue Giambattista Valli, al que siguieron Peter Dundas y Vincent Darré. Duraron menos de dos temporadas cada uno pero con la llegada del colombiano Esteban Cortázar la marca volvió a situarse en los primeros puestos del mundo de la moda.

Entre los clientes más habituales de los diseños de Ungaro están: Angelina Jolie, Harrison Ford, Mary J. Blige, Kirsten Dunst, Jeremy Irons. Estos últimos años la casa ha realizado varias colaboraciones con otras marcas. Entre las más importantes se encuentran: Emanuel Ungaro & MAC, con MAC Cosméticos (2008), y U de Ungaro para ella y U de Ungaro para él, con Avon (2007).