Una forma de vida más «slow», inicialmente forzada, se ha ido arraigando poco a poco en nuestro inconsciente. Nuestros hábitos de consumo han evolucionado hacia un estilo de vida más lento y eco-responsable.

Según el estudio realizado por McKinsey sobre los hábitos de consumo post pandémicos en la industria de la moda:

- El 67% de los encuestados dijo que limitar los impactos sobre el cambio climático se había convertido en el criterio más importante para ellos durante la pandemia.

- Y el 57% de ellos confirmó haber realizado cambios significativos en su estilo de vida.

Como consecuencia de Covid-19, los actores de la industria de la moda han tenido que responder a una demanda de consumidores cada vez más comprometidos con su planeta y desconfiados de las falsas promesas.

La diferencia entre textil sostenible y natural

Una de las tendencias Slow Fashion más emocionantes que se presumen en el 2022: las innovaciones de los textiles ecológicos.

Sin embargo, debemos tener cuidado de no confundir tejidos naturales con tejidos ecológicos. Pongamos un ejemplo: la fibra de algodón es inherentemente natural, es decir, procedente de una planta. El cultivo tradicional del algodón, consume mucha agua y pesticidas. Es natural, pero no ecológico. Como señala WWF, ¡se necesitan 2700 litros de agua para producir la cantidad de algodón necesaria para una sola camiseta!

Para afrontar los retos medioambientales, los actores de la moda sostenible en la industria textil han invertido en el desarrollo de innovaciones textiles verdes, es decir, respetuosas con el medio ambiente. En los últimos años se han realizado importantes avances en el diseño de tejidos naturales, ecológicos y con prestaciones técnicas de vanguardia.

Algunos ejemplos de textiles Slow Fashion que serán de moda en 2022

- La fibra de cáñamo: es más duradera y resistente que el algodón. En 2022 se lanzarán muchas marcas nuevas especializadas en cáñamo.

- La fibra de bambú: si no se trata químicamente, se puede convertir en uno de los tejidos más ecológicos.

- La fibra Seaqual, hecha de plásticos recolectados de los océanos y utilizada para crear trajes de baño y ropa deportiva.

- La fibra de la hoja de piña o «cuero vegetal nuevo» es ultra resistente y no requiere ningún químico para su fabricación.

- La fibra de loto, por otro lado, es natural, biodegradable, ofrece una textura ligera y sedosa y también es resistente a las manchas.

Comprar menos y mejor

Vivienne Westwood, diseñadora de moda británica declaró «Buy less, choose well, make is last».

Hoy en día, varios estudios muestran que los consumidores están cada vez menos influenciados por la estacionalidad de los productos que caracteriza a la industria de la moda. La “novedad” es el criterio que consideran menos importante a la hora de comprar un artículo de moda, en comparación con el estilo, la comodidad y la calidad de los materiales.

Con estos nuevos hábitos de consumo en mente, las marcas ofrecerán artículos más atemporales, separados de la estacionalidad de los ciclos de la moda.

Reducir la moda también significa comprar productos de mejor calidad que duren más y reutilizar su ropa varias veces.

Hablamos de un “armario cápsula”, es decir, tener menos artículos y limitar tus compras a lo esencial.

Los consumidores se están acostumbrando a vivir con menos artículos, lo que lleva a más diseñadores a promover los armarios cápsula, centrándose en el concepto de “compre menos, compre mejor”.

Compra de segunda mano

La compra de artículos de segunda mano es otra tendencia clave que desde el 2021, continuará su ascenso en 2022. Ya no es un mercado de nicho como lo era hace unos años.

La compra de segunda mano es particularmente popular, principalmente entre las generaciones más jóvenes, el 50% de los consumidores de la Generación Z (18-24) y Millennial (24-39) dicen que seguirán comprando más ropa de segunda mano.

La industria del lujo navega en esta tendencia, con el lanzamiento de varios productos de lujo. Vestiaire Collective, lanzado en 2009 y nacido en París, se ha convertido en uno de los sitios de reventa más populares del mundo, con miles de artículos de lujo y descuentos de hasta un 70% sobre el precio original.

Alquiler de ropa

Un nuevo modelo de negocio que empieza a democratizarse es el alquiler de ropa o complementos de moda.

A cambio de una suscripción mensual, los clientes reciben cada mes una selección de artículos adaptados a su estilo y gustos. Al final del mes, devuelven los artículos y reciben una nueva caja.

Comercio electrónico de moda

La pandemia de Covid-19, con el cierre de tiendas de moda y consumidores encerrados en sus hogares, ha acelerado la evolución de nuestros hábitos de compra. El consumo online se ha disparado y el comercio electrónico ahora ha superado al físico. En solo ocho meses, la participación del comercio electrónico en las ventas de moda casi se ha duplicado del 16% al 29% a nivel mundial, aumentando seis años de crecimiento, y el 71% de los ejecutivos de la industria estiman un crecimiento del 20% o más en su negocio en línea para 2022.

El cambio en los hábitos de consumo es particularmente marcado entre las generaciones más jóvenes: el 84% de los consumidores de la Generación Z y el 76% de los Millennials dicen que han comenzado a comprar en línea desde el inicio de Covid-19.

El año 2022 será la continuación del sprint hacia lo digital iniciado durante la pandemia. Las marcas de moda deberán seguir adaptando sus modelos de negocio para satisfacer las demandas de los consumidores: actualización del catálogo de productos, fotos de productos realistas, entrega gratuita, seguimiento de pedidos, Servicios postventa, políticas de devolución y reembolso fáciles.

En resumen, el sentimiento del consumidor sugiere que la crisis de COVID-19 podría servir como una oportunidad de reinicio para que los actores de los sectores de la indumentaria, el calzado y el lujo fortalezcan sus compromisos de sostenibilidad y aceleren los cambios en toda la industria, como la reducción de la estacionalidad y la escala de modelos comerciales circulares. .