En la campaña, denominada Moda España, participan las agrupaciones que representan a empresas de la confección (FEDECON), del género de punto (AEGP), fabricantes de marroquinería (ASEFMA), comercio textil (CECOTEX), creadores de moda (ACME) y la industria del calzado (FICE).

Los productores que así lo deseen deberán solicitar las etiquetas -diseñadas en negro y amarillo- a sus respectivas agrupaciones empresariales, que, a su vez, crearán un organismo regulador que velará por un correcto etiquetado.

Inicialmente, se han creado etiquetas en español, aunque está previsto editarlas también en otros idiomas, como el inglés o el francés, para ayudar a la internacionalización de la moda española.

El objetivo fundamental es poner en valor a las empresas de moda de España, favorecer la relocalización de la industria y reivindicar el sector desde el punto de vista económico, han explicado hoy los impulsores de una campaña que, aunque en sus inicios ha contado con el apoyo de Industria, pretende ser una iniciativa totalmente privada.

En su opinión, la crisis, junto con distintos sucesos acontecidos en el sector, han puesto de relieve la garantía de la fabricación local y se ha constatado que la promoción de productos "Made in Spain" ayudaría a animar el consumo interno, incluso si el precio fuera un poco más elevado.

Las prendas serán identificadas con etiquetas Gold Plus y Gold. Las primeras quedarán reservadas a productos diseñados y fabricados íntegramente en España, en tanto que las segundas corresponderán a artículos que contribuyen a fortalecer la industria de la moda en el país a través de diferentes compromisos concretos.

Según datos de Fedecon, la industria textil podría relocalizar en España la mitad o más de la producción que se llevó a otros países hace unos veinte años, lo que podría permitir crear hasta 100.000 empleos en cinco años.

En la década de 1990, el sector empleaba en España a unas 400.000 personas, mientras que ahora la cifra se reduce a 166.000, y en los últimos años ha retornado el 15 % de la producción que las empresas se llevaron fuera por la pérdida de competitividad del país.

Ahora que las empresas quieren retornar a España debido, por ejemplo, al aumento del coste de la mano de obra en Asia o a la necesidad de una mayor capacidad de reacción a cambios en la demanda, se encuentran con que no pueden porque no hay industria y se la llevan a países próximos como Portugal o Marruecos, que no han perdido capacidad productiva.

(Agencia EFE)