Comparte esta noticia con tus contactos!
Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINUna lágrima negra cae sobre un lecho de rosas marchitas. La melancolía lo invade todo y cuesta respirar. Falta el aire, falta Alexander McQueen. Como muchos genios se fue demasiado pronto pero vivió con tanta intensidad y trabajó con tanto entusiasmo que su legado y su espíritu están hoy muy presentes.
En 2010, hace ya cinco años que decidió acabar con su vida. Terminar con el dolor que solo conocían los más allegados. Poner fin, acariciar la muerte. La muerte, una amiga que le acompañó en su vida, tanto personal como profesional. Una referencia.
El Museo Victoria and Albert de Londres se transforma ahora en una catedral de estilo gótico para acoger las reliquias de su legado y mostrárselas a los fieles seguidores de uno de los diseñadores más influyentes de la historia.
E historia es lo que acoge la exposición que se titula Belleza Salvaje. Dos palabras que están estrechamente relacionadas con el estilo de McQueen, enraizadas en su adn, y que forman la esencia de su obra.
Alexander McQueen, que el 17 de marzo hubiera cumplido 44 años, era el pequeño de los seis hijos de un taxista y siempre guardó sus sueños en el costurero de su madre. Se formó y se graduó en Saint Martins y aprendió los códigos de la sastrería con Anderson&Sheppard en Savile Row.
Luego trabajó con agujas brillantes como Romeo Gigli, en 1993 abrió su propio atelier y de 1996 a 2001 fue el director creativo de Givenchy. Llegó a lo más alto y siempre contó con la ayuda, y el apoyo, de su amiga y mentora Isabella Blow. Ganó cuatro veces el premio al Mejor Diseñador Británico del Año y contribuyó a que la moda inglesa fuera sinónimo de modernidad.
Desde el principio cosió siguiendo su instinto, animal y salvaje, y siempre estuvo hambriento de nuevas sensaciones, experimentó con nuevos materiales y despreció lo establecido para labrarse un estilo propio.
“Esta exposición sugiere que en sus primeros años no fue famoso y rico, y además fue un incomprendido”, dice Sonnet Stanfill, que ha colaborado en el montaje de la exposición. “Viendo todas esta prendas juntas recibimos un mensaje muy poderoso de su trabajo. Y es que se puede decir que está basado en las técnicas revolucionarias, de choque, pero también en una profundo conocimiento del corte y la confección, algo que aprendió en los cuatro años de trabajo en Savile Row”.
Pero hay mucho más. Sus fuentes de inspiración eras muchas y muy variadas. Todas distintas pero con un nexo común. Algo que estaba directamente conectado con su corazón. Su moda es dramática, temperamental, sentimental, emocionante, pasional. Y sus desfiles, únicos.
Stanfill remarca su habilidad para contar historias a través de los desfiles. Espectáculos, algunos de una potente carga estética, que eran inquietantes y pretendían sorprender pero también que lograr que la personalidad de las prendas se percibiese desde otro punto de vista.
Esta exposición ya estuvo en Nueva York en 2011 y fue un éxito absoluto. Nunca hasta entonces una muestra de moda había tenido tanto impacto en la sociedad. Ahora, en el Victoria & Albert, se aprecia desde otra perspectiva.
Y es que el espíritu de McQueen vuelve a casa. “Londres es donde me crié. Es donde está mi corazón y donde puedo obtener mi inspiración", dijo en el año 2000.
Su legado va a influir mucho en los jóvenes que vean su obra, ya que les va a abrir los ojos e invitar a derribar barreras. Con cada vestido, complemento o detalle que vean en el museo van a entender que Alexander McQueen nunca tuvo límites a la hora de crear. Tampoco para inspirarse.
Lo sabe muy bien Sarah Burton, mano derecha del modisto durante 14 años, que tomó las riendas de la firma tras la muerte del diseñador. “Me enseñó a que no hay esnobismo en la inspiración ya que puede estar en la tele, en la calle, en un libro o en un museo”.
Entre todas las referencias, o fuentes de inspiración, destacan algunas como la cultura gótica, el Londres victoriano, la mitología, la naturaleza, el erotismo, películas como El Resplandor oBarry Lyndon y la figura de Jack, el Destripador.
Pasear por las diez salas del museo sirve para conectar con la mente, y el corazón, de este grande de la moda pero también para adentrarse en un universo único, en esa catedral en la que hasta el 19 de julio se venera la belleza salvaje de Alexander McQueen.
Rafael Muñoz-RTVE
curiosidades
noticias-empresa
noticias
noticias
noticias
noticias
noticias
noticias
noticias
Este martes 9 de abril comienza la 33ª edición de la 080 Barcelona Fashion,...
El Ayuntamiento de Sevilla ha acogido esta mañana la presentación oficial de...
La Barcelona Bridal Fashion Week (BBFW) 2024 será una de las ediciones más...
El "animal print" ha experimentado un resurgimiento en la moda en los últimos...
Los collares dosmileros son una expresión utilizada para referirse a los...
No hay más que escribir la etiqueta #coquette en TikTok (17.800 millones de...
A juzgar por el nuevo vídeo de la campaña 'Décadas de confusión' de Loewe,...
Los "Fashion films" son producciones audiovisuales que combinan elementos de...
Los pantalones pitillo han experimentado varios ciclos de popularidad a lo...
En marzo, y para estrenar la primavera, llega, en exclusiva a las ópticas de...
Un total de cien expositores españoles, representando a 123 marcas, participan...
La Escuela Superior de Diseño de Moda de Sevilla (ESSDM) ha acogido a 21...